El canto de un pájaro después de la lluvia
nos trae la esperanza de un rayo de sol.
Una luna llena que platea los campos
nos trae la esperanza de una noche en paz.
Una melodía que suena en la noche,
aunque no sepamos de donde surgió,
si es dulce … si es calma,
nos inunda el alma con un resplandor
que parecería surgir de una estrella
que... aunque muy lejana, nos toca la piel.
Y, aunque nos golpee muy fuerte la vida,
aunque nos ahogue de pronto el dolor,
son pequeñas cosas que, cuando nos llegan,
alivian el llanto y el alma cansada, respira mejor.-
Que lindo lo que has compartido....saludos. Fue un placer leerte.
ResponderEliminar