jueves, 15 de octubre de 2020

SUS MANOS

 Cuando las conocí eran manos blandas,  sólo con algunas marcas de travesuras de infancia.

Con el tiempo se volvieron recias.

Trabajaron tenazmente, sin miedo a nada. Recibieron mil golpes, fueron atacadas por clavos, alambres y hasta por una sierra.

Pero nada las venció y siguieron dándole duro al trabajo.


Hoy descansan.

Y aunque se extraña verlas en acción, el descanso es merecido.

Al recorrerlas con la vista se ven claramente las huellas dejadas por viejas batallas.

Son como héroes de guerra mostrando humildemente sus heridas.-