Mamá fue un silencio hondo
que caminó por la casa,
velándonos siempre el sueño
con el cansancio en la espalda.
Mamá tenía entre sus manos
cálidos rollos de lana
y abrigó nuestros inviernos
tejiéndonos junto al fuego
tricotas multicolores,
trabajando sin descanso...
queriéndonos en voz baja.
Fue un refugio tán humilde
que casi ni se notaba que,
al recurrir a ella
la paz nos recuperaba.