Me duele tu dolor chiquito gris, que te
acercás ofreciéndome limpiar mi parabrisas limpio y llevás en los deditos
preparado el gesto para pedir una moneda.
Me duele ese dolor que reflejan tus
ojos. Ojos que miran sin ver; ojos colmados de sabrá Dios qué imágenes.
Me duele tu mirada lejos, tus gestos
automatizados, tu andar desganado, tu pelo revuelto que casi me impiden ver que
ahí … de pie frente a mi … hay un niño.
Tu niñez quedó arrumbada, tal vez, desde
que naciste.
Tu niñez está escondida en un
rincón olvidado, tras haber sido desplazada y arrasada por la soledad, el
miedo, el hambre, los malos tratos y tantas cosas terribles que desconozco
porque no estoy en tu piel.
Porque no vuelvo a la noche al
hueco donde vos vivís, no recibo las tundas que vos recibís si no llevás plata,
no veo a mi mamá prostituirse ni a mi papá borracho, no tengo que tratar de
dormirme enseguida entre los trapos que forman mi cama, para que no me muerda
el hambre.
Me duele ese dolor que no calman ni las
monedas, ni un billete, ni una bolsa de caramelos, ni un sánguche, ni una
sonrisa…nada.
Me duele tu dolor…
Si realmente duele el dolor,abrazo.
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