viernes, 23 de noviembre de 2018

CHIQUITO GRIS





Me duele tu dolor chiquito gris, que te acercás ofreciéndome limpiar mi parabrisas limpio y llevás en los deditos preparado el gesto para pedir una moneda.
Me duele ese dolor que reflejan tus ojos. Ojos que miran sin ver; ojos colmados de sabrá Dios qué imágenes.
Me duele tu mirada lejos, tus gestos automatizados, tu andar desganado, tu pelo revuelto que casi me impiden ver que ahí … de pie frente a mi … hay un niño.
Tu niñez quedó arrumbada, tal vez, desde que naciste.
 Tu niñez está escondida en un rincón olvidado, tras haber sido desplazada y arrasada por la soledad, el miedo, el hambre, los malos tratos y tantas cosas terribles que desconozco porque no estoy en tu piel.
 Porque no vuelvo a la noche al hueco donde vos vivís, no recibo las tundas que vos recibís si no llevás plata, no veo a mi mamá prostituirse ni a mi papá borracho, no tengo que tratar de dormirme enseguida entre los trapos que forman mi cama, para que no me muerda el hambre.
Me duele ese dolor que no calman ni las monedas, ni un billete, ni una bolsa de caramelos, ni un sánguche, ni una sonrisa…nada.
Me duele tu dolor…


1 comentario: