La vida es una sucesión de etapas.
Éstas no necesariamente tienen que ser largas. En realidad
la duración está en relación con los distintos hechos que se van sucediendo y
su intensidad. Y la marca o huella que
dejan en el alma, depende más de la segunda que de la primera.
Hay etapas cortas pero tan violentas, que reacomodan nuestra
existencia con un solo sacudón.
Hay otras largas y mansas, que nos dan un respiro. Pero son tan mansas, que al estar
atravesándolas nos invitan a pensar en
qué estará por pasar.
También están las cortas y felices !!! Éstas pues son el
alimento necesario para almas cansadas. Y serán el rincón luminoso al que
acudir en los momentos en los que la niebla se ponga demasiado espesa.
Pero las mas difíciles de transitar y salir airosos del
reto, son las largas y tortuosas. En
ellas, la carga se torna tan pesada que
doblan la espalda mas fuerte, quiebran
el espíritu mas robusto, obnubilan la
mente mas clara y tornan la vida en un mar de lágrimas.
Y si logramos resurgir de éstas como el ave fénix de las cenizas, el sabor del triunfo endulza toda amargura.-
Y si logramos resurgir de éstas como el ave fénix de las cenizas, el sabor del triunfo endulza toda amargura.-
Es muy cierto lo que decís.
ResponderEliminarUn abrazo.
Demiurgo, después de tu comentario, agregué una reflexión en positivo. Tal vez es que salió el sol. Gracias por pasar !!!
ResponderEliminarGracias por la visita,te doy toda la razón desde ya te sigo y te enlazo así continuo leyéndote,cariños.
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