viernes, 6 de noviembre de 2015

PARECÍA QUE IBA A SER UN DÍA COMO CUALQUIER OTRO...






Hay cosas que sacuden la estantería de la vida, que creíamos tener bien acomodadas. O, al menos, acomodadas a nuestro gusto.
Como en otras ocasiones, entré al Hospital Italiano a retirar resultados de estudios. Sabiendo que diariamente hay  misa a las 5 entré a la capillita.
Entró el cura, fue a la sacristía y volvió a salir. Una monjita nos dijo “va a tardar un poco … el padre fue a neonatología porque falleció un bebe”.
Sentí un escalofrío, como si la muerte misma  hubiera pasado a mi lado y me hubiera rozado con el borde de su capa.                                                                                                                    Quedé mirando la nada  y mansamente comenzaron a brotar lágrimas que no pude contener casi durante toda la misa.  
Pensé preguntar dónde estaban los papás del chiquito … pero para qué. ¿ Qué podría hacer para aliviar su dolor? Ni abrazarlos porque no los conozco. ¿ Qué podría decirles ¿                       ¿ Qué se le dice a quien acaba de perder a su hijo, que no suene vacío o que “realmente” pueda confortarlo ¿   Nada!!!
 Quedaron en mi oído muchas frases vanas!!!  Como quedaron en mis ojos y en mi corazón aquéllas miradas profundas y aquéllos abrazos cálidos que atesoraré por siempre.
Ojalá nunca pierda la capacidad de vivir el día a día … el minuto a minuto. Que nunca deje de vivir intensamente las miradas, las sonrisas, los besos y abrazos de hola y chau.  Que  pueda seguir creciendo en el “arte” de valorar la vida.

Y parecía que iba a ser un día como cualquier otro …

Al  poner en contacto la camioneta escuché en la radio un intercambio de agravios en la lucha por el poder …